Época: relac-inter
Inicio: Año 1660
Fin: Año 1789

Antecedente:
La sucesión austriaca

(C) Antonio Blanco Freijeiro



Comentario

Tuvo el preámbulo en la declaración de guerra de Luis XV a Gran Bretaña y Austria en marzo-abril de 1744. Los conflictos comenzaron con la formación de la Unión de Frankfort, en mayo de 1744, compuesta por Francia, Prusia, Carlos VII y algunos príncipes alemanes. El objetivo principal era la defensa de las libertades germánicas con el rescate de Baviera y la proclamación como emperador de Carlos VII. No cabía duda de que tales acontecimientos suponían el gran fracaso de la política de Carteret, destituido en noviembre, sustituido por Henry Pelham. Por su parte, Luis XV designaba secretario de Estado para los negocios extranjeros al marqués D´Argenson, enemigo acérrimo de los Habsburgo y defensor a ultranza de las libertades italianas.
Con el tratado franco-prusiano de junio de 1744 se volvía a la posición inicial y, en cuanto los coaligados penetraron en Alsacia, Federico II empezó la conquista de Bohemia, lo que provocó la retirada de las tropas austríacas de suelo francés. Prusia fracasó en Bohemia por la falta de ayuda de Versalles y tuvo que replegarse. Las perspectivas no eran demasiado favorables porque temía el ataque combinado de los ejércitos austriacos y sajones, y la entrada en el Electorado resultaba muy peligrosa por la presumible reacción de Rusia y Austria; finalmente, se decidió y capturó Dresde. Sus precarias relaciones diplomáticas con la zarina Isabel y el desgaste financiero le llevaron a plantearse la paz. Sajonia aceptó con rapidez, pero María Teresa, cansada de sacrificios, propuso conversaciones a Francia para el abandono de la amistad con Prusia, a cambio de cesiones territoriales en los Países Bajos y en Italia a don Felipe. Fracasada la iniciativa, pues era evidente que Federico II frenaba el poder de los Habsburgo, la archiduquesa firmó el Tratado de Dresde, en diciembre de 1745, también bajo la presión de la retirada de los subsidios británicos, por el que confirmaba el dominio prusiano sobre Silesia. Este acuerdo estuvo precedido, en julio, de la Convención de Hannover entre Federico II y Jorge II, con cláusulas de carácter ofensivo-defensivo. Otra vez Prusia había abandonado la alianza con Francia en su propio provecho porque sus planes de una marcha sobre Viena se ignoraban y la guerra de los Países Bajos no le interesaba o, aún peor, podía perjudicarle si cambiaba la situación internacional. Muerto Carlos VII, en enero de 1745, quedaba eliminado el problema y María Teresa se apresuró a asegurar la candidatura de su marido, convertido en septiembre de 1745 en Francisco I, lo que suponía el triunfo de los Habsburgo y el aumento de su poder e influencia.